TOWARDS SOCIALISM – Piero Bergonzini, Communist Party(Italy)

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TOWARDS SOCIALISM
– Building a society where the working class and other working people are the owners of the government and the means of production

Dear comrades and dear friends,
the global anti-imperialist tide today in Caracas welds the European front even more with the Asian and Latin American fronts.
Coordinating and synchronizing our points of view is essential especially at this moment in which US-led imperialism is pushing the whole world towards catastrophe, in order not to surrender to the evidence of its own decline.
In Europe, puppet governments bowed to warmongering. More and more devastating weapons and rivers of money, that feed a corruption beyond imaginable, are sent to the neo-Nazi regime of Zelensky, which wages its war by proxy. This war and the self-sanctions are desertifying the European economy, without the self-styled ruling classes being able to articulate any resistance.
The recent visit of the new Prime Minister Meloni to Libya, contrary to what is publicized, is a slap in the face for the people we martyred in 2011. We continue to give weapons to an illegitimate government, barricaded in Tripoli with the help of the West, which is based on the smuggling of oil and of human beings, while the government recognized by all the Libyan people is prevented from convening legitimate elections.
In Italy the economic crisis, inflation and unemployment have reached record levels.
The political class, which has managed to sit in parliament thanks to partly fraudulent rules and partly driven by nagging propaganda, has swapped roles. The opposition now forms the majority and vice versa. They argue tremendously about completely irrelevant things, but they are in perfect continuity with the Atlanticist and pro-European agenda of the banker Draghi.
In these days the neo-Nazi Zelensky will be hosted on video in the most famous Italian singing event (Festival di San Remo). This replicates other propaganda appearances that go beyond the impudence of the Fascist period. All with the enthusiasm of our fake democratic “left”. It will be an opportunity to mobilize the Italian people to finally open their eyes to the suffocating media hood that afflicts us.
The Communist Party and the coalition in which it participates enthusiastically point to the example set by the uprising of the French people against the Macron reforms.
In the rest of the world, aversion to US aggressiveness is growing. It is also joined by Zionist imperialism, which never misses an opportunity to continue to martyr the Palestinian people and attack the Iranian Republic beyond all modesty.
But anti-imperialism is strengthened.
Despite the great contradictions and differences, in South America the governments are trying to free themselves from the grip of the USA.
In Africa, the peoples are shaking off the double financial and military squeeze that Western institutions and armies have imposed on them. But the bloody wars induced by the West and the plundering of the territory and human beings still persist.
In Asia, attempts to destabilize socialist countries from within and without fail. The People’s Republic of China is stubbornly thwarting attempts to escalate the situation.
The peoples must unite against the neo-Nazi, liberal and neo-colonialist ideology, the brown plague which still poisons the world.
The peoples must unite to overthrow those self-styled ruling classes, now completely rotten and incapable of embodying any national interest.
Workers must unite in order to be the force that can change society.
To «… carried on an uninterrupted, now hidden, now open fight, a fight that each time ended, either in a revolutionary reconstitution of society at large, or in the common ruin of the contending classes»
Only a broad anti-imperialist, anti-capitalist front can save humanity from catastrophe. A front aimed at building a just, efficient, cultured and peaceful society. A society which, in concrete historical and geographical forms, is called socialism.

HACIA EL SOCIALISMO
– Construyendo una Sociedad donde la clase trabajadora y demás gente trabajadora son los propietarios del gobierno y de los medios de producción

Queridos compañeros y queridos amigos:
Hoy en Caracas la ola antimperialista mundial salda todavía más el frente europeo con el asiático y con el Latino Americano. Coordinar y sincronizar nuestros puntos de vista es fundamental sobre todo en este momento en el que el imperialismo conducido por Norteamérica está empujando al mundo hacia la catástrofe, con tal de no rendirse a la evidencia de su propia decadencia.
En Europa los gobiernos fantoches se han plegado a los deseos belicistas. Armas siempre más devastadoras y ríos de dinero que alimenta una corrupción más allá de lo imaginable son enviados al régimen neonazi de Zelensky, que conduce su guerra por procura. Esta guerra y las auto-sanciones están desertificando la economía europea, sin que las autodenominadas clases dirigentes sean capaces de actuar ninguna resistencia. Es reciente la visita a Libia de la nueva primer ministro Meloni. Dicha visita, al contrario de lo que se ha querido hacer creer, es una bofetada para ese pueblo, que hemos martirizado en 2011. Se continua a dar armas a un gobierno ilegítimo, atrincherado en Trípoli con la ayuda de occidente, que se basa en el contrabando de petróleo y de seres humanos, mientras al gobierno reconocido por todo el pueblo líbico se le impide convocar elecciones legítimas. En Italia la crisis económica, la inflación y la desocupación han alcanzado niveles récord. La clase política, que ha conseguido sentarse en el Parlamento, gracias a reglas en parte tramposas y en parte pilotadas por la insistente propaganda, ha intercambiado los roles. La oposición ahora es la mayoría y viceversa. Riñen tremendamente sobre cosas totalmente fútiles, pero continúan perfectamente con la agenda atlantista y europeísta del banquero Draghi. Durante estos días el neonazi Zelensky será hospedado por video en la más famosa kermes de canto italiana. Esto repite otras apariciones propagandistas que superan el descaro del veintenario fascista. Todo ello con el entusiasmo de nuestra fingida “izquierda” democrática. Será la ocasión de movilizar al pueblo italiano para que abra finalmente los ojos sobre la asfixiante capa mediática que nos aflige.
El Partido Comunista y la coalición en la que participa, indican con entusiasmo el ejemplo que nos da la sublevación del pueblo francés contra las reformas de Macron.
En el resto del mundo crece la aversión hacia la agresividad estadounidense. A ésta se une el imperialismo sionista, que no pierde la ocasión de continuar con el martirio del pueblo palestino y de agredir, lejos de cualquier pudor, a la Republica Iraní.
Pero el antimperialismo se refuerza.
Aunque con grandes contradicciones y diferencias, en Sudamérica los gobiernos tratan de liberarse de la tenaza de los EEUU.
En África los pueblos se sacuden de encima la doble presión financiera y militar que las instituciones occidentales y los ejércitos les han impuesto, pero todavía perduran las guerras sangrientas inducidas por occidente y el saqueo del territorio y de los seres humanos.
En Asia fallan los tentativos de desestabilización, sea desde el interior como desde el exterior, de los países socialistas. La República Popular China está rechazando golpe a golpe los tentativos de hacer precipitar la situación.
Los pueblos tienen que unirse contra la ideología neonazi, liberal y neocolonialista, la peste negra que intoxica todavía al mundo.
Los pueblos tienen que unirse para derrocar aquellas autodenominadas clases dirigentes, ahora ya totalmente podridas e incapaces de encarnar cualquier interés nacional.
Los trabajadores deben unirse para ser la fuerza que puede cambiar la sociedad. Continuar… “… una lucha interrupta, a veces latente a veces abierta; lucha que cada vez ha terminado o con una transformación revolucionaria de toda la sociedad o con la ruina común de las clases en la lucha.”
Solo un ancho frente antimperialista, anticapitalista, puede salvar a la humanidad de la catástrofe. Un frente dirigido hacia la construcción de una sociedad justa, eficaz, culta y pacífica. Una sociedad que, en las formas históricas y geográficas concretas, se llama socialismo.